Es un dispositivo ubicado en el tubo de escape que se encarga de retener todas las partículas sólidas generadas por los motores diésel. Una vez que el filtro está “lleno” o saturado de esas partículas, él mismo se encarga de incinerarlas, reduciendo así el nivel de emisiones contaminantes. Este proceso se conoce como regeneración.
Los DPF son cada vez más comunes, debido a los cambios en las regulaciones de emisiones de gases. Al entrar en vigencia las normas Euro V, los filtros de partículas, en los tubos de escape de automóviles diésel son ahora tan comunes como los convertidores catalíticos de los automóviles de gasolina.
Existe gran evidencia, que los sistemas actuales de regeneración que incluyen los vehículos no son capaces de realizar su función. En Europa, son cada vez más y más las llamadas de los conductores, con respecto a la luz “DPF” encendida en el tablero del vehículo que indica una obstrucción del filtro, sin saber lo que es o lo que debe hacer al respecto.
Al igual que cualquier filtro, filtra o atrapa las partículas, en este caso, las partículas de hollín nocivas producidas en el sistema de escape de un vehículo diésel, y estas deben ser eliminadas regularmente para mantener el performance del vehículo, para así evitar la saturación del DPF.
El DPF necesita ser limpiado de forma continua, a través de un proceso llamado regeneración, ya sea regeneración activa, pasiva o forzada, el hollín acumulado se quema a alta temperatura (alrededor de 600 ºC) para dejar sólo un residuo de ceniza, realizando una efectiva regeneración del filtro (DPF), listo para seguir cumpliendo con su función de atrapar la contaminación del motor.
Cada tipo de vehículo y la combinación del motor pueden tener diferentes razones de por qué se bloquean los filtros. La tasa de partículas generadas por el motor, la calidad del combustible, la calidad del aceite, el estilo de conducción, incluso la ubicación de la DPF en el sistema de escape puede contribuir a que el filtro bloquea o no se regenere totalmente.
En general, los problemas se producen en vehículos que conducen dentro de la ciudad o en bajas revoluciones, donde el proceso de regeneración no logra ser completo. Una luz de advertencia o un mensaje que indica que el DPF está saturado se iluminará en el tablero. Si continúa conduciendo de la misma manera, el hollín acumulado aumentará hasta que otros se encienden las luces de advertencia y el vehículo se pondrá en modo “precaución”, donde la velocidad de se restringirá, lo que se conoce habitualmente como “limitación a la conducción”.
Podemos ver también otras evidencias de fallas de regeneración del sistema de DPF, incluso en vehículos usados principalmente en autopistas. Los autos con caja de 6 velocidades no logran generar la temperatura necesaria para el sistema de escape para la regeneración del sistema DPF. Se ha demostrado incluso que en ocasiones es mejor, conducir en marchas bajas con mayor potencia para lograr quemar el hollín, entre RPM 2.000 y RPM 3.000.
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